jueves, 29 de mayo de 2008

En este día

Hoy he despertado sin palabras, hoy los versos en mi memoria se han tomado un descanso. Les he dicho que no se vayan muy lejos, solo es cosa de una noche o un día mientras les preparo un sitio más confortable.
Al estar en la butaca, leía a Cortázar pasando por sus trampas de la rayuela, cuando recordé a unos viejos amigos que hace algún tiempo no veía. Sin dudarlo fuí, los saqué del triste hospicio donde se encontraban, y dándoles un poco de agua, conseguí que me dieran esos trazos que habían permanecido en el olvido. Jugamos con las líneas, las expresiones, el líquido vital, un poco de mancha y al final, descubrimos un cabello agitado por el viento, esbosábase una ligera sonrisa y unos ojos nos miraban muy fijamente...

lunes, 26 de mayo de 2008

La soCiedad dE la cUltura mUeRtA (part 1)

Me encuentro en medio del círculo. En el centro. Todo a mi alrededor gira. Observo rostros en cuyas miradas se refleja incertidumbre. Manos que sostienen toda clase de objetos que les causan placer. Cuerpos que van y vienen de un lado a otro. Por aquí, escucho palabras que retumban en mi mente como truenos. Por allá, se divisan siluetas tiradas sobre el suelo, sin esperanza de que alguien les levante. Algunos más tararean melodías monótonas y que carecen de significado. Su voz es triste. Pareciera que un tornado arrasó con las ganas de mirar hacia el futuro.
No hay forma de pensar en el progreso. La vida esta aquí, ahora. Mañana, quien sabe si habrá un despertar. El círculo está sumergido bajo las aguas del conformismo.
De repente, suena una campana que borra mi visión y me recuerda que ha comenzado otra hora. Por un momento todo ha dejado de girar, ahora vamos hacia adelante. Trato de mantener la mente abierta. Quizá hoy sea el día. Tal ves alguien me muestre una salida.
Me preparo para recibir al menos la fresca brisa de la sabiduría, mi cuerpo está listo para empaparse de ella. La sesión ha comenzado. Mi bolígrafo se comienza a mover. Las palabras traspasan el corazón de la hoja. Van tomando forma. Sin embargo, la masa no tiene intenciones de moverse.No hay ánimos para seguir. No quiere descubrir la salida. Vive engañada, piensa que no hay más fuera del círculo.
Se ha cancelado la sesión. De nuevo estamos en el círculo. Pese a ello, alzo mis ojos y a lo lejos, muy a lo lejos diviso una puerta. Quizá esa sea la salida ...

miércoles, 21 de mayo de 2008

Otoño

Las hojas ya van cayendo...
Pienso en ti como el viento...
Observo lo que mueves, te respiro, te siento, pero no te veo.
Puedo escucharte cuando estoy atenta; eres como el suspiro con el que cada día me levanto.
Cuando paso por tu casa, percibo la paz de tu mirada, esa paz que inunda mi alma, que la sumerge en un río puro y cristalino.
Cierro los ojos y comienzo mi plática contigo, estoy sentada en tu regazo, te comento mi odisea, tú no puedes dejar un solo instante de mostrarme tu aperlada sonrisa; te cuento mi difícil travesía y ahora lágrimas corren por mis mejillas.¿Qué pasa? ¿Porqué no cambia la expresión en tu cara? ¿Porqué sigues ahí mirándome de la misma manera? ¿No has acaso entendido mi dolor, mi frustración? Siento el peso sobre los hombros, me va encorvando.Ya no puedo seguir acumulando más y más corrupción.
De repente unas manos hermosas, delicadas y fuertes como las del pianista toman esas lágrimas y las transforman en el rocío que cubre al mundo, en la brisa marina que llega hasta los labios del pescador.
Sutilmente ha removido ese peso, me ha devuelto la postura y me ha dicho que él puede llevar toda esa amargura.
Abro mis ojos,me doy cuenta que sigo en el mismo lugar.No te veo. Me levanto, parece que nada ha cambiado. Toco mis hombros y ahora realizo que el dolor se ha desvanecido.Lo que estremecía a mi ser ha desaparecido. En su lugar descubro que traigo puesta una hermosa capa de amor, que ha sido tejida con hilos puros de perdón y redención.
De nuevo alzo mis ojos, te busco con la mirada, no estás.
Ahora dormiré. El viento susurrra a mi oído. Mis ojos se van cerrando, el corazón se ha ido abriendo.Sueño. Imagino tu silueta, el aroma de tus cabellos. Siento el contacto de mi mano con la tuya. Ansío el día que pueda estar entre tus brazos, el día que podré acariciar tu rostro. Mi ser entero anhela el momento en el que jamás dejará de mirarte a los ojos.
Anhelo el tiempo en el que estaremos cara a cara, disfrutando de la felicidad sublime.Gozándonos en el espacio eterno.
Mientras tanto, espero, aguardo.Ha llegado el otoño.Las hojas ya van cayendo. Pienso en ti como el viento ...

El lujo de la lectura

Texto escrito por Roger Batra.

Los libros parecen en México una especie en peligro de extinción. El desastroso nivel de lectura, como he dicho en repetidas ocasiones, no es culpa de los escritores o los editores: la principal causa debe buscarse en la cultura hegemónica de las élites políticas y empresariales, cuyos hábitos públicos revelan un alto grado de analfabetismo. Un ejemplo lamentable de lo que digo lo acaban de dar los legisladores de una comisión de la Cámara de Diputados que han dictaminado que un gran escritor como Octavio Paz “no colaboró en la construcción del Estado mexicano” y que por lo tanto su nombre no merece figurar en letras de oro en el muro de honor. Parecen creer que los escritores no sirven para construir edificios estatales y sólo los políticos saben hacerlo.
Predomina en muchos medios la idea de que los libros son objetos poco valiosos, que se producen y reproducen con facilidad. Leer o escribir, se cree, es tan fácil como pasear por la calle o hablar con nuestros amigos. Acaso, en raras ocasiones, un don que pareciera caer del cielo es recibido por algún escritor como un regalo que reparte graciosamente entre sus lectores. Bajo la influencia de estas ideas se cree que los libros –y en general los medios impresos– por definición deben ser baratos. Por ello se suele ver con buenos ojos que el gobierno o una cadena de supermercados ofrezca a precios regalados libros producidos masivamente.
Estamos –tengo la impresión– frente a un efecto perverso de la desvalorización de la letra impresa, ya que las políticas de abaratamiento de los libros no parecen producir una rápida y masiva expansión del hábito de la lectura. Tal vez hay aquí un error: el libro es tratado como si formara parte del reino de la necesidad y la utilidad, cuando en realidad está ubicado en lo que Georges Bataille llamaba la parte maldita, es decir, en el reino del exceso, la exuberancia y el lujo. Los mejores libros, así, serían una creación excedente, superflua y, por lo mismo, cara y suntuosa. Si esto es cierto, la política cultural dominante estaría equivocada al tratar a un bien lujoso e inútil como si fuera una mercancía barata y necesaria. Desde luego, estoy llevando el argumento a un extremo irónico con el fin de inducir con pocas palabras una reflexión que debe ser, desde luego, muy extensa.
Regresemos por un momento al punto de partida, a las ideas dominantes de las élites. Veamos un ejemplo de otra época y otro país (para no ofender a ningún político local): hace un siglo el presidente Woodrow Wilson le dijo a sus estudiantes en la universidad de Princeton: "Nunca leería un libro si fuera posible hablar media hora con el hombre que lo escribió". En esta línea de exaltación de la vida sobre su representación podríamos llegar al extremo grotesco de proponer matar a los escritores para salvar a sus libros. Sin duda la élite mexicana prefirió siempre hablar con Octavio Paz en lugar de leer los libros del gran poeta; después de la muerte de Paz los poderosos dejaron a otros la tarea de leer sus poemas y ensayos. En sus intervenciones públicas los gobernantes, los hombres de negocios o los políticos rara vez citan un libro o invitan a la lectura. Los libros habrán sido útiles como parte de la escalera hacia el poder, pero una vez pisoteados, se vuelven inútiles y superfluos. Es cuando más valen, diría yo. Pero no: a partir de ese momento, desde la altura, el político parece decidir que los libros son parte del inframundo de la miserable necesidad, y por lo tanto se cree llamado a llevar la cultura a la calle. Los gobiernos han abusado hasta la saciedad de esta política cultural populista.
Hay una nueva situación que vuelve más evidente que los libros no pueden ser lanzados a la calle impunemente, a competir con toda clase de mercancías y merolicos. Hoy en día el canal privilegiado para la obtención de información ya no son los medios impresos, sino la transmisión electrónica, televisiva y radiofónica. La popularización de la informática produce, como efecto inquietante, la aristocratización del libro. Esta paradójica recuperación de añejos títulos de nobleza nos enfrenta a nuevos problemas, y hace evidente que cada vez más libros pasan al reino fastuoso de la lujuria intelectual. Para averiguar el número de habitantes de Tucumán, saber lo que recomienda un gurú para superar la depresión o aprender cómo se prepara un curry de cordero recurrimos a los buscadores del Internet. Si queremos enterarnos de la última atrocidad cometida por un líder fundamentalista o de la más reciente discusión en la asamblea de las Naciones Unidas, encendemos la televisión. Estos y mil servicios más nos prestan las redes informáticas electrónicas. Los libros, e incluso las revistas y los periódicos, son desplazados. ¿Cuál es su nuevo lugar?
No quiero saltar a conclusiones precipitadas; si observamos el comportamiento del mundo editorial en otros países podemos adivinar –por ejemplo en la política del precio único del libro en Europa– la importancia de visiones sofisticadas que tratan de impedir que los monopolios, la distribución masiva o la producción subsidiada arruinen las editoriales inteligentes, las librerías cultas, la escritura creativa y la lectura crítica: instituciones deliciosamente superfluas que nos recuerdan cuán necesario es todo lo que las rodea y envuelve. Espero que el presidente Felipe Calderón se percate pronto de que es extraordinariamente importante aprobar en México una ley del libro que estimule los lujos de la lectura. Estos lujos son una piedra clave en la construcción de un Estado democrático moderno.

letras libres.com

martes, 20 de mayo de 2008

AmiGAs..... en la familiA de DioS


La AmiStaD es un vínculo muy fuerte, a veces llega a ser como el amor de hermanos. Surgen peleas pero si la relación es verdadera, todo se arregla. Cuates los puedo contar y quizá no terminaría, pero verdaderos amigos son pocos los bendecidos.

martes, 13 de mayo de 2008

EL QUE nO caÉ rEsbaLa... o trOpieZa

Ajá, así es como dice un dicho muy popular. Pero esta vez no estoy aplicándolo en el sentido figurado. Lo digo literalmente. Y es que no se cuál es la causa, motivo, razón o circunstancia por la que a veces se me van los pies. Bueno en realidad si que lo sé. La falta de atención o a veces el ir pensando en mi rollo, hace que no me fije por donde voy. Por supuesto eso deja consecuencias. Dolorosas pero sobre todo vergonzosas (¡qué oso!). Y es que a nadie le gusta estar tirado cual basura mientras los demás se ríen de uno.Esta bien, no todos son así, hay algunos que si se acercan para ayudar a levantarse. Pero esos poquísimos segundos en los que no ejerzo control sobre mi cuerpo son los que dictan que tan grandes o pequeñas serán mis cicatrices. Cuando logro al menos controlar mis manos la caída es más leve. Y si aprendiera la técnica que usan los gatos para caer de pie, ni siquiera saldría lastimada.
En ocasiones tengo uno que otro problemilla o riñita con los altos mandos del hogar. Y por pensar que simplemente no puedo tener control sobre mis emociones todo se va al traste y el problemilla ya es problemota y la riñita riñota.
Pero si en el momento que quiere iniciar una tormenta trato de mantener la calma, y le doy lugar a la razón antes que a las emociones, es casi probable que la tormenta decida que no es un buen día para salir y mejor le da lugar al sol.
Ok, ya voy logrando poner las manos.
Ahora, esta todo bien, los deberes ya han quedado terminados, aparentemente. De repente, una voz se pasea por la zona e interrumpe la quietud y sale con que no se ha hecho NADA cuando según yo estaba hecho TODO. Como ya aprendimos, tratamos de poner las manos en esos breves segundos y bueno, la caída no es tan dolorosa.
A la próxima me cercioro, aunque sea mediante la técnica del dedo (sí, eso de pasar el dedito para asegurarse de haberle ganado la batalla al polvo ja!), de que todo esta en orden para que cuando esa voz fuerte de nuevo se pasee por la zona ya no tenga nada que objetar, igual y hasta nos ganamos un afectivo "hmm" o un silencio satisfactorio (¡yes!).
Tal ves a la próxima ya pueda evitar la caída o si no, al menos que sea leve, quizá un gracioso tropezón.

jueves, 8 de mayo de 2008

La cicatriZ filoS. que ha dejado el úLtiMo sEmeStrE.

Una de las cualidades esenciales del ser humano es pensar, analizar, poseer conocimientos y sobre todo el saber razonar para llegar a la verdad de las cosas o de los acontecimientos y descubrir más ciencias nuevas.
En edades pretéritas, el hombre ha demostrado que es capaz de conocer, los números, los astros, las estaciones y de alguna manera sabe el proceso del conocimiento.
"Nada hay por el conocimiento que primero no pase por los sentidos"
De ahí puedo plantearme algunas cuestiones y contestarlas de acuerdo a mi criterio:
¿El pensamiento es igual que el conocimiento?
- Más bien diría que el primero es una parte que complementa al segundo, ya que el pensamiento no siempre va cargado de algo que sea cierto.
¿Cómo definiría al conocimiento?
- Como el conjunto de saberes que se tienen sobre una ciencia o arte. Se refiere a la representación intelectual o interna de un objeto. Dice interna hablando del miembro que utilizamos para desarrollarlo, el cerebro.
El sujeto que posee conocimiento y cada vez lo va ejercitando, sobresale de los demás ya que ha comprendido que su mundo no se limita a lo que alcanzan a ver sus ojos, sabe que hay algo más allá, mira todo desde otra perspectiva.
¿Qué son los sentidos?
- Comúnmente se dicen los cinco primordiales: vista, gusto, oído, olfato y tacto. Los sentidos nos hacen referencia de aquello que utilizamos para percibir, experimentar, recibir estímulos externos: las diferentes texturas que tiene la tierra, los olores y sabores que destilan del mundo, lo bello del paisaje natural...
¿Qué puedo decir sobre la intuición y la percepción?
-Sensibilidad. Hablando acerca de la intuición, he oído de algunos que lo llaman el sexto sentido; una idea inmediata y sin elaboración racional, el presentimiento de que algo está ocurriendo, no es palpable, quizá tampoco visible pero esta presente en mi sentir.
Refiriéndome a la percepción, la representación mental captada por los sentidos. Sensación.Distingo en mi medio algo extraño, lo que siempre ha estado ahí jamás lo había notado.Viene desde lo interno. Idea. Conocimiento. Concluyo que todas mis observaciones me trajeron de nuevo al principio.

miércoles, 7 de mayo de 2008

eL aRtE

Obra o actividad humana capaz de generar emociones por medio de artificios.Eso es lo que me dijo aquel libro grueso verde que tengo en mi librero, respecto a la definición de este término.
Aunque si yo le agregara mi sentir, diría que el arte es un estado exquisito de la mente que el Autor del mundo puso en cada ser humano para contemplar y deleitarse en la estética de la vida.
Las manos, los pies y por supuesto, la mente y el corazón, juegan un papel importante dentro de lo que llamaría el círculo cromático.
Unas simples teclas blancas y negras que me recuerdan al dominó, un conjunto de cuerdas, la sonora que emiten los metales combinados con el viento, las maderas combinadas con las palmas, con el solo hecho de ser tocados por manos fuertes, a la vez que delicadas y expertas, pueden crear la más bella de las melodías.
Aquel sujeto que plasma su sentir más profundo sobre el lienzo, dándole color y rienda suelta a su imaginación; también, aquel que desea para siempre grabar en un cuadro su emoción por ver, aunque haya sido un solo instante, el bello espectáculo natural.
El ser que es experto en mezclar especies y condimentos para crear algo único, una fusión, el resultado: un sabor que sin duda se deslizará gustoso por el paladar, dando paso hacia lo culinario.
La persona que viaja por el mar de letras, toma aquellas que le convienen y las va acomodando de forma tal que construye una ciudad, un mundo maravilloso, que cuando mis ojos navegan por allí de inmediato desean sumergirse en ese inmenso océano y quedar empapados de la profundidad de su alma.
Incluso aquellos que se expresan sin necesidad de palabras, basta con solo mirar el ritmo de sus cuerpos, escuchar el son que destila de ellos y dejarse invadir por la elegancia, sutileza y perfección de sus movimientos.

Y yo como espectador, me alegro de estar aquí, en medio de este círculo, gozándome en observar todo aquello, deseoso de que por un momento todo dejara de girar y durara para siempre este breve momento.