Ajá, así es como dice un dicho muy popular. Pero esta vez no estoy aplicándolo en el sentido figurado. Lo digo literalmente. Y es que no se cuál es la causa, motivo, razón o circunstancia por la que a veces se me van los pies. Bueno en realidad si que lo sé. La falta de atención o a veces el ir pensando en mi rollo, hace que no me fije por donde voy. Por supuesto eso deja consecuencias. Dolorosas pero sobre todo vergonzosas (¡qué oso!). Y es que a nadie le gusta estar tirado cual basura mientras los demás se ríen de uno.Esta bien, no todos son así, hay algunos que si se acercan para ayudar a levantarse. Pero esos poquísimos segundos en los que no ejerzo control sobre mi cuerpo son los que dictan que tan grandes o pequeñas serán mis cicatrices. Cuando logro al menos controlar mis manos la caída es más leve. Y si aprendiera la técnica que usan los gatos para caer de pie, ni siquiera saldría lastimada.
En ocasiones tengo uno que otro problemilla o riñita con los altos mandos del hogar. Y por pensar que simplemente no puedo tener control sobre mis emociones todo se va al traste y el problemilla ya es problemota y la riñita riñota.
Pero si en el momento que quiere iniciar una tormenta trato de mantener la calma, y le doy lugar a la razón antes que a las emociones, es casi probable que la tormenta decida que no es un buen día para salir y mejor le da lugar al sol.
Ok, ya voy logrando poner las manos.
Ahora, esta todo bien, los deberes ya han quedado terminados, aparentemente. De repente, una voz se pasea por la zona e interrumpe la quietud y sale con que no se ha hecho NADA cuando según yo estaba hecho TODO. Como ya aprendimos, tratamos de poner las manos en esos breves segundos y bueno, la caída no es tan dolorosa.
A la próxima me cercioro, aunque sea mediante la técnica del dedo (sí, eso de pasar el dedito para asegurarse de haberle ganado la batalla al polvo ja!), de que todo esta en orden para que cuando esa voz fuerte de nuevo se pasee por la zona ya no tenga nada que objetar, igual y hasta nos ganamos un afectivo "hmm" o un silencio satisfactorio (¡yes!).
Tal ves a la próxima ya pueda evitar la caída o si no, al menos que sea leve, quizá un gracioso tropezón.
1 comentario:
ASI ES MI PEQUEÑA NIÑA, EL CAER SIN PROTECCION RESULTA MUY DOLOROSO Y LOS RASPONES TARDAN EN SANAR, SOBRE TODO SI LA HERIDA SE INFECTA DE ODIO, RESENTIMIENTO, TRISTEZA, O PORQUE NO LO PUEDES OLVIDAR...PERO QUE RICO ES PONERTE LA POMADITA DEL AMOR Y EL PERDON, Y VOLVERTE A PONER DE PIE CONFIANDO EN QUE SI TE VUELVES A CAER EL AMADO DIOS ESTARA AHI PARA ESTIRARTE NUEVAMENTE LA MANO Y AYUDARTE A LEVANTARTE...VAS POR MUY BUEN CAMINO, Y TE ASEGURO QUE LOS TROPEZONES SEGUIRAN, PERO NO HAY QUE ASUSTARNOS...A LOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS(INCLUYENDO CAIDAS EN EL PAQUETE JEJEJE) NOS AYUDAN A BIEN...AUNQUE HABLANDO LITERALMENTE...CHECA A UN ORTOPEDICO JEJEJE...T.Q.M..FELICIDADES, EL SEÑOR PRONTO VIENE!!!
Publicar un comentario