Hoy me doy cuenta de que mi fuerza de voluntad se está reduciendo a pasos agigantados.
Otro monstruo se apodera de mi y me tiene en su poder.
Toma control de mi cuerpo y me lleva a viajar por un horizonte en blanco. Es superficial. Me hace pensar en cosas sin sentido y alimenta mi mente con sus caprichos.
Por las noches medito en como safarme de tal vil enemigo.
Y eso todo mi ser entero lo anhela, pero en el fondo hay una mancha negra que en secreto, me pide que no lo detenga.
Estoy cansada de dejarme llevar. Quiero tomar mis propias armas y luchar sin desmayar.
Este día me levanté, con mente triunfadora; pensé que no habría lugar para la derrota y que cualquier situación que experimentara, no sería suficiente para hacerme caer otra vez.
Me equivoqué. Pero gracias a ello me di cuenta que, aunque tuviera todas las fuerzas de la tierra, yo sola no podré. Esque necesito a alguien más fuerte que yo. Alguien que entienda, y con toda paciencia, esté dispuesto a acompañarme mientras realizo la pesada faena.
Y ese Alguien está aquí. Perdóname por todo el tiempo que te dí la espalda. Ahora quiero volverme a tí.
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